En su exposición reflexionó sobre el patrimonio arquitectónico y urbano entendido como una trama de significados y relaciones. La presentación se realizó el 16 de junio de 2021 en formato virtual. Arias Incolla ocupa el Sitial número 10 “Francisco García Vázquez”.

 

Patrimonio: trama de significados

Resumen
Por Nani Arias Incolla

La atribución de valores es la clave para definir, crear y conservar el patrimonio. El siglo XX ha proporcionado importantes documentos y escritos que fueron ampliando los criterios de valoración, sumando la dimensión social y extendiendo el concepto en tres ejes: cronológico, geográfico y tipológico.

Una lectura más humanista sobre el patrimonio hace difícil, sino imposible, separar el mensaje cultural-intangible- de la materialidad que le da soporte -tangible-.

El patrimonio arquitectónico y urbano constituye parte de una compleja urdimbre formada por tramas de significación y cobra sentido a través de múltiples redes de relaciones que se manifiestan en la ciudad y fueron conformando con el tiempo el Paisaje Urbano. Es la trama urbana entonces, la que constituye el patrimonio de una ciudad, que le imprime carácter y califica su patrimonio.

Pero es necesaria una visión integrada y holística que entienda a la ciudad como un Paisaje Histórico Urbano que requiere de nuevos enfoques para su conservación y concilie progreso urbano con salvaguarda de valores culturales y ambientales.

Una visión más amplia del espacio antrópico que aquella de entenderla solamente desde los cascos y centros históricos, o como un conjunto de monumentos y edificios, o una serie de áreas de conservación que, vistas por separado, corren el riesgo de convertirse en islas de preservación, desconectadas de su entorno. Visión esta que nos lleva a entender a la ciudad como un organismo sometido a fuerzas dinámicas de índole económica, social y cultural, y que debe incorporar, indefectiblemente, al contexto geográfico y territorial.

El gran desafío es una gestión sostenible del cambio en términos de preservación de valores, que ponga en evidencia una cultura urbanística que mire a la ciudad en su conjunto, compatibilizando las mejores estrategias de conservación y regeneración urbana con las de planificación y diseño urbano. Una gestión, cada vez más sustentable, que propicie el desarrollo local y mejore la calidad de vida de los habitantes.

Este enfoque implica tomar conciencia que la preservación del patrimonio debe concebirse como un proyecto urbano en su totalidad y va más allá del entorno físico para abarcar el entorno humano en todos sus aspectos, materiales e inmateriales.