Miembros fundadores de la Academia de Arquitectura y Urbanismo, de izquierda a derecha: arquitectos Carlos Berdichevsky, Mario Sabugo, Fernando Diez, María de las Nieves Arias Incollá, José Ignacio Miguens (Presidente) Alfredo Garay, Alberto Bellucci, Alberto Varas (Protesorero) Daniel Silberfaden (Tesorero), Mónica Fernández, Cora Burgin, Carlos Hernáez (Secretario) Antonio Antonini, Berardo Dujovne, Jorge Hampton, Heriberto Allende, Roberto Aisenson, Enrique García Espil y María Teresa Egozcue (Vicepresidenta). Ausente en la foto: Justo Solsona.
FOTO: Alejandro Leveratto
Primera Etapa. El inicio de una Academia Nacional
El origen
El 13 de octubre de 2016, en el aula magna de la Academia Nacional de Medicina, se reunieron representantes de las Academias Nacionales de Periodismo, de Ciencias Económicas, de Medicina, de Educación, de Ingeniería, de Ciencias Morales y Políticas, de Derecho y Ciencias Sociales, de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, de Agronomía y Veterinaria, y de Geografía. Ese V Encuentro Inter-académico era un avance sobre un libro que elaborarían en conjunto sobre El problema ambiental de la sociedad, la salud y la economía y, acerca de cuyo aporte al tema, hicieron su exposición representantes de las siete primeras de esas Academias Nacionales.
Trataron allí uno de los grandes temas contemporáneos: el cambio climático, y desde sus distintas disciplinas, expusieron sus consecuencias así como la necesidad de nuevas herramientas, tales como los criterios de mitigación y de adaptación, su financiación, el desarrollo de nuevos marcos jurídicos, o la educación como elemento clave para crear conciencia de ese problema global. Un año después, en octubre de 2017 se realizó el VI Encuentro Inter-académico, cuyo tema fue «Las universidades y la investigación en la Argentina del mañana».
El interrogante
De allí surgió una primera pregunta: ¿Cómo era que en aquellas reuniones, de alto nivel académico, no había ninguna entidad que represente a la arquitectura y exponga ideas o investigaciones acerca del ambiente construido, del planeamiento de las futuras ciudades y de los proyectos de edificios y espacios públicos que respondan a estas nuevas demandas con tecnologías limpias?
Las Facultades de Arquitectura y los Arquitectos en Argentina
En 1901, la Universidad de Buenos Aires creó la “Escuela de Arquitectura”, formando parte de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. En 1947, por Ley Nº13045 se crea la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, hoy Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo – UBA/FADU.
Además de la estatal FADU, en la C.A.B.A. se estudia arquitectura en 7 universidades privadas: Universidades de Belgrano, de Palermo, Torcuato Di Tella, Argentina de la Empresa, John F. Kennedy, de Flores y Abierta Interamericana.
En el Área Metropolitana de Buenos Aires hay otras 6 universidades con escuelas de arquitectura: cuatro estatales (Universidades Nacionales de La Plata, de Quilmes, de San Martín y de Avellaneda) y dos privadas (Universidad de Morón y Católica de La Plata).
En el interior del país hay 14 universidades con escuelas de arquitectura: la estatal Universidad Nacional de Mar del Plata (Buenos Aires); la del Nordeste (Chaco); la Nacional, la Católica y la Blas Pascal (Córdoba); la de Concepción del Uruguay (Entre Ríos); la Nacional (La Rioja); la de Mendoza, privada (Mendoza); la Nacional (San Juan); la Católica (Salta); la Nacional de Rosario, la del Litoral y la Católica (Santa Fe); y la Nacional (Tucumán).
Por otro lado, un estudio presentado en el Congreso de FADEA de 2013 expresaba que en ese año había 61.000 arquitectos en el país y que, entre 2008 y 2010, la cantidad de estudiantes de arquitectura había aumentado un 35%.
Las Academias Nacionales y las Facultades de la Universidad de Buenos Aires
Las Academias Nacionales son habilitadas como tales por decreto presidencial o por ley nacional, y deben cumplir con la normativa del Decreto-Ley Nº4362/55. Salvo las dos preexistentes de Derecho y de Ciencias de Córdoba, todas tienen sede en la Capital Federal.
De las doce facultades de la Universidad Nacional de Buenos Aires, diez de ellas tienen su correspondiente y homónima Academia Nacional: Agronomía, Ciencias Veterinarias, Ciencias Económicas, Ciencias Exactas y Naturales, Derecho, Ciencias Sociales, Farmacia y Bioquímica, Ingeniería, Medicina y Odontología.
Hay dos casos singulares: la Facultad de Filosofía y Letras se diversifica en cuatro distintas Academias (Letras, Educación, Historia y Geografía), en tanto que varias otras Facultades aportan egresados a las diferentes secciones de la multifacética Academia de Ciencias de Buenos Aires.
De las actuales 21 Academias Nacionales con sede en la ciudad de Buenos Aires, las cuatro restantes (la tradicional Ciencias Morales y Políticas, Periodismo, Tango y Folklore), no tienen correlato directo con alguna Facultad, aunque las dos primeras están muy relacionadas con egresados de Derecho y de Filosofía y Letras, en tanto que las dos últimas lo hacen con la reciente Universidad de las Artes (ex IUNA).
Los Arquitectos y la Academia Nacional de Bellas Artes
Hasta ahora, los arquitectos y los urbanistas solamente podían acceder como miembros de número a la Academia Nacional de Bellas Artes (ANBA). Su Estatuto dice que ella: “Tiene por fin contribuir al desarrollo de las bellas artes en todas sus ramas: artes visuales, música, arquitectura y urbanismo, historia y crítica de arte, y acción cultural;….” Es decir asume a la arquitectura y al urbanismo como ramas de las bellas artes, un concepto que en el siglo XXI merecería ser motivo de revisión.
A mayo de 2019, entre los 32 académicos de número de la ANBA, había sólo cinco arquitectos: Antonio Antonini, Justo Solsona, Jorge Hampton, Alberto Bellucci y Ramón Gutiérrez. En 2019 ingresaron dos más: Fernando Diez y Diana Cabeza, especializada en diseño industrial.
En los alrededor de 140 miembros que ha tenido la Academia Nacional de Bellas Artes en los 83 años desde su creación en 1936, además de los siete antes nombrados, sólo habían ingresado como académicos de número otros 18 arquitectos argentinos: Mario Roberto Álvarez, Ricardo Blanco, Ricardo Braun Menéndez, Mario Buschiazzo, Alejandro Bustillo, Alfredo Casares, Eduardo Catalano, Carlos de la Cárcova, Nicolás García Uriburu, Luis Morea, Martín Noel, Miguel Ocampo, Federico Ortiz, Alberto Prebisch, Eduardo Sacriste, Clorindo Testa y Amancio Williams. Cuatro de ellos, Noel, Blanco, Casares y Bellucci han presidido la ANBA.
De los veinticinco, seis fueron recibidos en la Academia como especialistas en historia o crítica de la arquitectura, dos en diseño industrial y tres como pintores. De los catorce arquitectos restantes, sólo tres tuvieron, además, actividad en el campo del urbanismo.
Segunda Etapa. La factibilidad y los consensos
¿Sería viable la constitución de una Academia Nacional de Arquitectura y Urbanismo?
Para responder a esa pregunta a fines de 2017, el Arq. Carlos Miguel Hernáez inició una búsqueda de datos sobre las Academias Nacionales en nuestro país y sobre la legislación que las ordenaba. Se rescataron y analizaron los estatutos disponibles de más de la mitad de ellas. También se ubicaron algunas de las antiguas y principales Academias extranjeras, con representación de arquitectos, para estudiar su estructura y su funcionamiento. A continuación se averiguaron los requerimientos necesarios para solicitar su adscripción como Academia Nacional por el Ministerio correspondiente y para su inscripción legal en la Inspección General de Justicia. Con todo ese material organizó un primer documento sobre la posibilidad y las necesidades operativas que implicaba la creación de una Academia específica.
A comienzos de 2018, para completar la información sobre la gestión de las Academias se mantuvieron dos entrevistas: una con el presidente de la Academia Nacional de Medicina, Dr. Manuel Martí y otra con el presidente de la Academia Nacional de Ingeniería, Ing. Oscar Vardé. Primera conclusión: el objetivo era viable.
En marzo de 2018 se incorporó al proyecto el Arq. José Ignacio Miguens y en mayo de ese año ambos solicitaron y concretaron una audiencia con la funcionaria del Ministerio de Educación a cargo del área Academias, para interesarla sobre la propuesta, quien les brindó una buena recepción y aportó datos para su posterior desarrollo.
La viabilidad de la propuesta
Llegó entonces el momento de verificar qué grado de aceptación tendría la propuesta en la profesión, y para ello, en septiembre, comenzó un largo proceso de consultas.
Se decidió primero pedir opinión a los titulares de las tres instituciones más representativas de la profesión en el medio cercano: la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA (FADU), la Sociedad Central de Arquitectos (SCA) y el Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo (CPAU), concretando reuniones con el decano Arq. Guillermo Cabrera y los presidentes Arq. Eduardo Bekinstein y Arq. Valeria del Puerto.
Ya en octubre, para ponerlos al tanto del proyecto y para recabar su opinión, se realizaron reuniones individuales e informales con cada uno de los arquitectos académicos de número de la Academia Nacional de Bellas Artes, (en ese entonces cinco) los arquitectos Antonio Antonini, Ramón Gutierrez, Jorge Hampton, Justo Solsona y Alberto Bellucci. Este último, como se expresó antes, en ese momento presidía esa institución.
Finalmente, ya a fines de 2018 y comienzos del 2019 se materializaron entrevistas con los decanos de las Facultades de Arquitectura de las Universidades de Palermo, de Belgrano y Torcuato Di Tella, arquitectos Daniel Silberfaden, Mónica Fernández y Ciro Najle, que se complementaron con un comentario informal con el decano de la Escuela de Arquitectura de la UADE, Arq. Roberto Converti y con una nueva reunión con el Arq. Beckinstein, vicepresidente a cargo de FADEA.
Tercera Etapa. La Academia de Arquitectura y Urbanismo
En febrero de 2019, tanto en una nueva reunión en el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología, (de quien dependen las Academias Nacionales) como en otra con nuestro asesor en el tema, el Dr. Jorge Vanossi (en ese momento presidente de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales), fue sugerido constituirla primero como Academia Argentina de Arquitectura y Urbanismo (AAdeAU) para luego solicitar sea elevada por ley o por decreto del Poder Ejecutivo Nacional al rango de Academia Nacional de Arquitectura y Urbanismo (ANAU). Previo a ello, la AAdeAU debía ser inscripta en la Inspección General de Justicia (IGJ) como “Asociación Civil sin Fines de Lucro” y lograr la autorización para funcionar como persona jurídica.
El antecedente más inmediato que se disponía era el caso de los ingenieros, que inicialmente pertenecían a la Academia de Ciencias Exactas, pero quienes no querían limitarse a una actividad parcial dentro de la misma. Fue entonces fundada por un grupo de ingenieros la Asociación Civil Academia Nacional de Ingeniería, aprobada por la IGJ el 8/10/1970, para transformarse 10 años después, por Decreto del PEN, en la Academia Nacional de Ingeniería.
Requisitos
Para esa inscripción la inicial AAdeAU, la IGJ solicita un primer testimonio notarial de escritura pública, que entre otras exigencias debía contener: a) el acta constitutiva o fundacional con los datos personales y la firma de todos los integrantes, más los de las primeras autoridades; y b) el Estatuto que regiría a la institución, el cual debía cumplir con otros explícitos requerimientos A ellos se sumaba la designación del o de los apoderados para representarla en la prosecución de los futuros trámites.
Estatuto
Para desarrollar su Estatuto, tarea a cargo del Arq. Hernáez, se analizaron los ya vigentes de las actuales Academias Nacionales, se extractaron los temas legales recurrentes, se los adecuó a nuestros objetivos y necesidades, y se desarrolló una propuesta de Estatuto para la AAdeAU, que fuese compatible con la futura Academia Nacional (ANAU). Ese Estatuto, y tal cual lo habían sugerido en el Ministerio, fue luego enviado, para su revisión y aprobación previa, al Dr. Jorge Vanossi, de larga experiencia en estos temas académicos, quién aprobó el documento, con una mínima corrección.
El grupo inicial
El decreto-ley 4362/55, en su artículo 3º expresa: ¨Las academias nacionales tradicionalmente están constituidas por académicos titulares o de número, y académicos correspondientes. Los primeros no podrán ser menos de veinte ni más de cuarenta: los segundos serán elegidos en el interior y en el exterior del país.¨
Para esta delicada tarea de constituir los primeros 20 nombres fundacionales de la futura Academia se decidió reservar 3 espacios para los impulsores de la idea y desarrollar una amplia lista de nombres relevantes con experiencia y trayectorias destacadas. Luego de una serie de consultas personales y análisis de sus antecedentes, se elaboró una lista final para los 17 sitiales restantes a integrar en esta etapa, compuesta por arquitectos que cubrieran una amplia experiencia disciplinar tanto en la práctica de la arquitectura, el urbanismo, la planificación, el paisaje, la enseñanza universitaria, el estudio y defensa del patrimonio, el medio ambiente, la historia y la crítica arquitectónica.
Es de destacar que los miembros fundadores han desempeñado responsabilidades diversas dentro de la disciplina como docentes universitarios, decanos en universidades públicas y privadas, directores de maestrías, posgrados, institutos universitarios y museos, así como miembros de número de la Academia Nacional de Bellas Artes y de la Academia Argentina de Ciencias del Ambiente. Muchos de ellos también han ocupado cargos relevantes en la administración pública, como así también, las presidencias del CPAU y de la SCA.
Constituida la Academia, los otros 20 sitiales requerirán de la aplicación del procedimiento legal del Estatuto para cubrir las restantes veinte membresías de número.
La Fundación
Una vez incluido el Estatuto en el primer testimonio notarial ante escribano el 30 de julio de 2019 se procedió a la firma del acta por los 20 fundadores y el 13 de agosto se presentó ante la Inspección General de Justicia (IGJ), que luego informó que, por una disposición interna de la IGJ, no aceptaban el uso de la palabra Argentina agregada a la de Academia, por lo que se debió acotar el nombre inicial. El 15 de noviembre, IGJ, por Resolución Nº 194.541, dio por aprobada su personería jurídica como Academia de Arquitectura y Urbanismo, asociación civil, sin fines de lucro, (AcAU).
Los miembros fundadores y autoridades
Los miembros fundadores que firmaron la escritura inicial fueron los arquitectos: Roberto Aisenson, Heriberto Allende, Antonio Antonini, María Arias Incollá, Alberto Bellucci, Carlos A. Berdichevsky, Cora Burgin, Fernando Diez, Berardo Dujovne, Teresa Egozcue, Mónica Fernández, Alfredo Garay, Enrique García Espil, Jorge Hampton, Carlos M. Hernáez, José I. Miguens, Mario Sabugo, Daniel Silberfaden, Justo Solsona y Alberto Varas.
En la escritura quedaron registradas las primeras autoridades: Presidente: José Ignacio Miguens; Vicepresidente: María Teresa Egozcue; Secretario: Carlos Miguel Hernáez; Tesorero: Daniel Silberfaden; Protesorero: Alberto Varas.